Los accidentes
Los niños y niñas son un grupo de riesgo propenso a los accidentes. La hiperactividad propia de la edad, el deseo de desafiar las normas y buscar los límites, para autoafirmarse o probar ante los demás su valía, o la simple curiosidad, puede llevar en ocasiones a situaciones peligrosas.

En estas edades no prevén las consecuencias de sus acciones, por lo que su sentido del peligro se distorsiona y se asumen riesgos innecesarios. El hecho de realizar ejercicio físico es un riesgo en sí mismo. El continuo movimiento, el espíritu competitivo, de buscar el máximo, de forzar los movimientos, de entrenar demasiado, provoca accidentes y lesiones y este riesgo se incrementa en los llamados deportes de aventura. Tampoco podemos olvidarnos de los accidentes domésticos.

Aunque muchos accidentes podrían evitarse con la prevención, a la que hay que prestar una especial atención, una vez que el accidente se ha producido, los Primeros Auxilios aplicados con rapidez son determinantes para reducir las consecuencias y en ocasiones salvar vidas. La mayoría de las situaciones que nos encontremos serán leves (heridas, contusiones...), pero es posible que algún día la situación sea de vida o muerte, y que estos conocimientos puedan salvar nuestra propia vida o la de otros.